Al llegar los meses de Noviembre y Diciembre, la gran mayoría de las casas se llenan de los colores rojos y verdes, además de estar bañadas por una gran cantidad de luces. El centro de admiración, en gran porcentaje de los hogares, pasa a ser el tan añorado árbol de navidad, alrededor del cual tanto niños como adultos se reúnen para celebrar la época más bonita de todo el año: la navidad.
Durante estas fechas, toma lugar una de las mayores celebraciones de la religión católica, el nacimiento de Jesucristo, el hijo de dios. Todo esto, debido a que existe la ferviente convicción que el nacimiento de Cristo se produjo la noche del 24 de Diciembre, después que una joven virgen concibiera en su vientre al hijo del Dios. Pero a pesar de esto, es una celebración que no todas las personas llevan a cabo, ya que es una festividad puramente cristiana.
Los judíos no creen que Jesucristo haya sido el hijo de Dios, por lo que continúan esperando la venida del tan ansiado mesías. Para ellos, Jesús fue simplemente un profeta más enviado por Dios.
El Hanuka es la festividad judía que se celebra de manera simultánea a la navidad. Los hogares judíos se caracterizan por la notoria ausencia de un árbol de navidad, ya que ellos no esperan que ningún ser especial pase por sus casas a dejarles obsequios. Sin embargo, el Hanuka o fiesta de las luces le otorga a los hogares judíos un toque especial y cautivador durante los 8 días que es celebrado.
Esta festividad, no guarda relación alguna con la celebración cristiana del nacimiento de Cristo. El Hanuka, no se debe a ningún acontecimiento de la biblia, sino a una serie de sucesos que ocurrieron tiempo después y que se encuentran registrados en el Talmud.
El Hanuka celebra la consagración del templo judío en el año 165 a.c tras haber sido profanado por el monarca Antioco. Durante los 8 días que tomó la consagración del templo, permaneció encendida la menorá, la cual es la lámpara de 7 brazos del templo. Todo esto sucedió de manera milagrosa, ya que sólo había aceite para un día.
Según la tradición, Yahvé obró el milagro de que ardiera durante los ocho días y uno de más. Por eso, en Hanuká, se emplea un candelabro especial de nueve brazos, uno por cada día que Yahvé hizo que el menorá permaneciese encendido.
El primer día del Hanuka se lleva a cabo una cena especial con toda la familia, durante la cual se intercambian regalos. Entre las comidas que suelen preparar los judíos en estas fechas destacan las hechas fritas en aceite, como los pasteles de patata y buñuelos (llamados sufganiot), una especie de rosca sin agujero en el medio y generalmente rellena de mermelada.
Como los judíos no creen que Jesús sea el hijo de dios, no celebran la navidad, sino que llevan a cabo una de sus fiestas tradicionales. Y este motivo es una de las grandes diferencias entre la religión judía y la cristiana.
Vía Culturizate/www.diariorepublica.com