Les dan de comer arepas todos los días, jugos de cartón con altas cantidades de azúcar, refrescos y malta; además de dulces en las noches, salsas y el permiso de ver televisión y jugar videojuegos a toda hora. Estos son algunos de los errores que cometen a diario los padres de familia zulianos.
Lo ideal sería sustituir la harina de la arepa por integral, incluir en la lonchera porciones de fruta, cambiar los refrescos por agua, agua saborizada, jugos naturales o refrescos sin azúcar, cuidar la cantidad de dulce, comer grasas necesarias que se encuentran en pescados y frutos secos, y siempre practicar un deporte o ejercicio.
Esto debido a que en los niños, la obesidad puede convertirse en un factor muy común si los padres no les proporcionan una buena alimentación; destacó Ana D’ Scrivan, nutricionista clínica. «Cuando los niños comen más alimentos de los que necesitan, sus cuerpos absorben las calorías sobrantes para almacenarlas en adipocitos y utilizarlas después como energía. Si más adelante sus cuerpos no requieren de su uso y continúa el mismo patrón, pueden comenzar a presentar obesidad».
Entre el 28 y el 30 por ciento de la población infantil venezolana es obesa. Solo el 10 por ciento de los casos son atribuibles a causas genéticas u otros trastornos. El otro 90 por ciento de sus causas están asociadas a problemas en el ambiente que los rodea que pueden ser modificables, como el sedentarismo, consumo de azúcares simples, exceso de grasas saturadas, falta de alimentos ricos en fibras y ausencia de actividad física.
«La obesidad en los niños es producto generalmente de agentes obesogénicos en el hogar».
Mayor riesgo a enfermarse
Estudios médicos revelan que las personas obesas tienen entre dos y siete veces mayor probabilidad de padecer enfermedades respiratorias, como el asma, que una persona en su peso ideal. Esto se debe a que en el obeso, el pulmón, las paredes de la caja torácica y el diafragma se expanden menos, lo que obstruye el paso de oxigeno.
La obesidad es conocida como factor de riesgo cardiovascular, pero resulta que también se comporta como una importante afección respiratoria. Entre sus consecuencias se encuentra la insuficiencia respiratoria, que es la característica principal del síndrome de hipoventilación; el incremento de la prevalencia del asma a medida que el peso vaya en aumento; y en algunos casos la aparición de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el Síndrome de Apnea Hipopnea del Sueño (SAHS).
Cómo prevenirla
Según Ana d’ Scrivan, nutricionista, existen tres maneras efectivas para prevenir la obesidad infantil:
- Que todos los colegios comiencen a ofrecer educación alimentaria, inculcando a los niños a comer alimentos saludables.
- Que padres y educadores motiven a los niños a realizar actividades físicas, como deportes, atletismo, natación, e incluso juegos que impliquen esfuerzo corporal.
- Que los padres cambien los hábitos de alimentación en las casas.
Vía La Verdad