El plan consistía en secuestrar a las autoridades del Internado Judicial de Carabobo y luego declararse en huelga de sangre. Pero, además, pretendían someter a los funcionarios de seguridad y custodia con chuzos de fabricación carcelaria.
Al develarse el proyecto, las autoridades detuvieron a los 11 presos comprometidos y les brindaron protección porque la población reclusa quería lincharlos, acotó una fuente. Al tener sometido al grupo, el Ministerio Penitenciario inició una requisa en las celdas donde incautaron 12 chuzos, 20 proyectiles calibre 7.62 mm de armas largas y un pendón con el escrito “Huelga de sangre por una Venezuela libre”.
Uno de los organizadores del plan reveló a las autoridades que tenía en su poder un fusil R-15 y dos granadas.
Vía UN/ www.diariorepublica.com