

Vestidos con sus franelas de la promoción 24 del colegio Miguel Antonio Vázquez, los compañeros de José David Bucobo Villalobos lo despidieron para siempre. Al adolescente de 17 años le arrebataron la vida para quitarle su celular, el martes 31 de mayo en la mañana.
El docente de educación física, William Pérez, lo describió como un “muchacho responsable, atento, excelente estudiante, que nunca presentó inconvenientes con nadie. Fue ejemplar”.
Afuera de la funeraria Ave de Paraíso, sus hermanos, familiares y amigos aún estaban incrédulos por el asesinato, ejecutado por un delincuente que bajó de un vehículo Kia Rio, blanco, y le disparó cuando, por los nervios, se negó a entregar el teléfono.
Un tiro por la espalda bastó para acabar con sus sueños de graduarse de bachiller en julio, vivir en Estados Unidos con su papá y ser ingeniero mecánico. El hampón esperó que cayera al suelo para quitarle el aparato.
“Ese día entrábamos tarde al colegio. A las 9:00 am, cuando llegamos, nos enteramos que le habían disparado. Luego supimos la trágica noticia al llegar al Hospital General del Sur, a donde lo llevaron. José David era el alma del salón. Lo quería mucho, era muy servicial”, narró consternada una de sus amigas Gabrixy Finol.
Sus compañeros de tesis dijeron que el día martes tenía una actividad en un colegio, donde debían fotografiarse para documentar su trabajo de grado sobre Orientación a los niños.
“José David terminaría la tesis el día que lo mataron. Hoy (miércoles) se suponíamos que debíamos estar felices porque la entregaríamos, pero estamos aquí llorándolo. El 10 de junio era la defensa”, fue el relató de Jesús Ramírez, otro compañero de clases.
La última vez que compartió con ellos fue el pasado sábado 28 de mayo, cuando se reunieron en una casa para ver películas, echar chistes y escuchar música.
Se conoció que ayer el colegio Miguel Antonio Vázquez suspendió las actividades, y esta semana rendirá un homenaje en su honor.
El adolescente se iría a vivir a Estados Unidos con su padre, una vez que culminara los estudios.
Los parientes pidieron a las autoridades que atrapen a sus homicidas “para que les caiga todo el peso de la ley. No podemos seguir permitiendo que nuestra juventud se esté yendo en ataúdes. Queremos justicia”.
El cuerpo fue sepultado en Jardines de La Chinita a la 1:00 de la tarde.
Vía Panorama/www.diariorepublica.com



