

Como zamuros que cazan a sus presas estaban dos robacarros la madrugada del domingo. Los delincuentes esperaban, detrás de un muro, al filo de la carretera, a sus nuevas víctimas. Buscaban un auto que quitar a su dueño para cobrar rescate después.
A las 4:30 de la madrugada pasaron tres amigos en un camión 350, amarillo, por la calle 79E, del barrio Zulia, de Maracaibo. Aún estaba oscuro, no había un alma por la carretera.
Yenci Enrique Torres Tudares, de 25 años; Anthony David Fleires Rodríguez, de 28 años; y su otro compañero acababan de salir de un velorio de un amigo en común en el barrio San José. Iban a buscar licor y regresaban, cuando el camión 350 presentó una falla.
El croche se averió, por lo que los tres jóvenes se bajaron a revisar el automotor. En ese momento, fueron sorprendidos por los robacarros.
Los amenazaron de muerte con armas de fuego y les pidieron, a gritos, que les entregaran todas las pertenencias personales y prendieran, rápido, el carro.
Los amigos intentaron explicarle a los delincuentes que el vehículo estaba dañado, pero los hampones optaron por dispararle dos veces a cada uno.
Recibieron los balazos en el pecho, espalda y cabeza.
Los ladrones le quitaron los celulares, carteras y prendas. Luego, huyeron del sitio, dejando agonizando a los tres hombres.
Un hermano de Anthony que salía de una casa donde celebraban los 15 años de una muchacha se detuvo en el sitio “porque le pareció conocido el camión”, y observó a los tres hombres en el piso.
Al acercarse, se dio cuenta que era su hermano que estaba moribundo.
Los llevaron a los tres a la emergencia del Hospital Universitario de Maracaibo. Anthony llegó muerto y Yenci falleció a la media hora. El otro hombre dejó de respirar ayer en la mañana.
Los cadáveres los llevaron a la morgue de LUZ. El lugar estuvo lleno de dolientes, durante la mañana de ayer. Poco hablaron del caso. Se limitaron a decir que los hombres eran “inseparables y buenas personas”.
Anthony Fleires tenía, apenas, una semana de haber llegado de Ciudad de México, donde trabajó por un tiempo. El camión era de su propiedad y realizaba “viajes” con ayuda de sus amigos.
La esposa lamentó el triple homicidio. “Te hubieses quedado en México, Anthony. Viniste a Maracaibo para que te mataran por un celular”, dijo.
Via Panorama/www.diariorepublica.com



