El estallido se sintió como si fuera el de una bomba en una guerra. A la 1.15 de la madrugada del sábado, una fuga de gas en el patio de tanques de la mayor refinería de Venezuela acabó en una explosión qu El estallido se sintió como si fuera el de una bomba en una guerra.
A la 1.15 de la madrugada del sábado, una fuga de gas en el patio de tanques de la mayor refinería de Venezuela acabó en una explosión que mató al menos a 39 personas e hirió a más de 80. El accidente ocurrió en la planta de Amuay, propiedad de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), integrada en el Centro Refinador de Paraguaná, con capacidad para procesar más de 600.000 barriles de petróleo al día.
La onda expansiva redujo a escombros los edificios que rodean la planta: el Destacamento 44 de la Guardia Nacional, donde murieron más de una decena de soldados, y los comercios y casas de la barriada popular Alí Primera y otras urbanizaciones.
El fuego continuó ardiendo durante la mañana de ayer, pero las autoridades descartaron nuevas explosiones. “Tenemos el incendio controlado, aunque hay algunos residuos de hidrocarburos contenidos en los tanques que debemos esperar que se terminen de consumir”, dijo el ministro de Energía y Petróleo de Venezuela y a su vez presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, a través de la estatal Venezolana de Televisión.
“Desde el mismo momento en que se detectó la nube de gas, operadores de guardia tomaron precauciones y se dio la voz de alerta en el área circundante, pero estos hechos sucedieron muy rápido, la explosión se produjo casi de inmediato”, explicó el ministro.
Durante el primer semestre de 2012 se reportaron 19 incidentes en las áreas de operaciones de PDVSAEste es el accidente más grave ocurrido en la industria petrolera venezolana en la última década, pero no el primero. Solo durante el primer semestre de 2012 se reportaron 19 incidentes en las áreas de operaciones de PDVSA: explosiones, incendios, derrames de petróleo, fallos en las operaciones de refinerías, pozos y unidades de almacenamiento.
En esos seis meses, murieron dos trabajadores y más de una decena sufrieron heridas. Siete de estos accidentes ocurrieron en el Estado de Falcón, donde está ubicada la refinería de Amuay; en mayo, por ejemplo, estalló el horno I de la planta catalítica del Centro de Refinación de Paraguaná, hoy en emergencia.“Aquí la inversión en industria no existe, nosotros venimos denunciando eso desde hace tres años”, se quejó ayer el presidente de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela, Iván Freites, consultado por medios locales.
De acuerdo con la versión de los sindicatos, este tipo de incidentes son consecuencia de la falta de mantenimiento en la industria petrolera. Según Freites, los sindicatos han denunciado sin éxito el deterioro de las infraestructuras. “Deducíamos que iba a pasar una tragedia, lo que rogábamos era que no fuera de una magnitud como la que vimos hoy [por ayer] en la madrugada”, dijo el sindicalista.El mal estado de las refinerías también ha traído como consecuencia la caída de la producción de gasolina y otros derivados en la industria petrolera venezolana.
Durante el último año, PDVSA ha comprado entre 80.000 y 120.000 barriles de gasolina diarios en Estados Unidos, a precios internacionales, para abastecer el mercado interno de combustibles subsidiado, que consume unos 600.000 barriles de promedio. PDVSA cifra la producción petrolera de Venezuela en tres millones de barriles diarios; la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) calcula que son 2,4 millones de barriles diarios.
Las exportaciones petroleras financian el 60% del presupuesto de Venezuela y entre los años 2003 y 2008, el crudo venezolano llegó a cotizarse en más de 120 dólares el barril, y hoy se está en 104,38 dólares.
Pero a pesar de esos ingresos millonarios de estos años y de que cuenta con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo, Venezuela atraviesa problemas energéticos.En febrero de 2010, el presidente, Hugo Chávez, decretó la “emergencia eléctrica” y el comienzo de un plan de racionamiento; y aunque el Gobierno ha dado por superada la crisis, las interrupciones diarias del servicio siguen siendo comunes en el interior del país. Otros servicios, como la red de carreteras, los hospitales públicos y el sistema de agua potable también se encuentran en crisis.
Vía El País de España
La “gran casualidad” de la explosión de la refinería de Amuay, es que en toda su gran extensión geográfica, coincida esta detonación; con la exacta destrucción de una de las empresas venezolanas de orden de producción diversa y competitiva, nacional e internacional; de las pocas que ya quedan aquí en Venezuela, en el sector privado; se trata de PURAMIN. Las diferentes instituciones venezolanas y los diversos técnicos, que asuman valientemente la responsabilidad de investigar integralmente esta catástrofe, deben dejar muy en claro; que esta gran coincidencia, no refleje un síntoma mas, de un encubierto acto terrorista. Acción vil, que calza muy bien, con el delineado programa futuro de monopolización del mercado mundial; trazado por la Corporación Británica, al gobierno venezolano; y cumplido a cabalidad por este desde sus inicios. Los investigadores deben tener muy en cuenta o hallar la relación de este siniestro, con la sorpresiva visita a Venezuela de Lukashenko, el 26 de junio de 2012; presidente de Bielorrusia, experto y experimentado en la destrucción del aparato productivo nacional privado de su nación. http://www.lucasblancoacosta.com
El verdadero objetivo del paro petrolero de 2002; sacar a Chávez no fue; más vale en ese entonces se fortaleció; fue sacar de PDVSA, a miles y miles de técnicos e ingenieros, muy bien preparados y entrenados por años en diferentes países, plantas y refinerías, con presupuesto venezolano; este era un personal invaluable, costoso y muy apetecido por las petroleras trasnacionales; y no tenían tiempo contiguo de complementar un equipo así; ya que se acercaba el alza de precios petroleros y era necesario aprovecharnos para ellos producir más.
El mismo Chávez tuvo la desfachatez de confesar varias veces en tv, que cuando uso aquel pito para despedir los primeros directivos y trabajadores, fue para limpiar a PDVSA. Esa limpieza significó el detrimento técnico y la disminución de la producción venezolana en los años de mejores estándares de precios petroleros; significo también la captación por parte de las trasnacionales de miles de técnicos e ingenieros petroleros venezolanos, para aprovechar los años de alza petrolera; tanto es así que muchos peritos venezolanos todavía se preguntan, cómo semanas antes del paro petrolero, se encontraban empresas petrolíferas trasnacionales solicitando sus currículos en Caracas y en el interior del país; pasó como el video juego que “profetizo” la explosión de Amuay. Bueno, aunque lo nieguen, la mala fama del detrimento técnico ahora también les está favoreciendo, contra la hipótesis de terrorismo de estado.