
El nuevo Comandante General de la Policía Nacional del Perú (PNP), Óscar Arriola, declaró este miércoles 1 de octubre que el incremento en el flujo migratorio de los últimos años en el país «ha traído unas características de elevación de violencia».
Arriola, quien asumió el cargo el martes tras la suspensión de su predecesor, Víctor Zanabria, ofreció estas declaraciones en la emisora RPP, donde detalló la estrategia de la PNP para responder a este escenario.
Estrategia y defensa policial
El jefe policial aseguró que la institución está enfocada en el «fortalecimiento de la inteligencia, la investigación criminal y la criminalística» para combatir los delitos.
Al ser consultado sobre las críticas y la desconfianza ciudadana hacia la Policía, Arriola defendió el rol de la institución, destacando su trayectoria y compromiso.
«La población del Perú tiene la libertad de decidir y dar su voto de confianza o no. Pero está ante los policías que nos encontramos en todo lo ancho y largo del Perú, y que ya hemos pasado por las épocas del terrorismo, de la criminalidad de los 80, de los 90, de los 2000, y esta, que la migración ha traído unas características de elevación de violencia», aseveró.
Arriola agregó que la PNP trabaja «arduamente» a diario para sacar de circulación a los delincuentes. En ese sentido, destacó la coordinación internacional:
«Y si (los delincuentes) salen del país, también coordinamos con nuestros pares. Y si de otros países vienen acá, así como lo hemos demostrado ayer (con la captura en Lima de dos presuntos delincuentes requeridos por Argentina), también estamos para cooperar».
El contexto de la migración en Perú
Perú es el segundo país de la región que acoge a la mayor cantidad de ciudadanos venezolanos, con una ola migratoria masiva que se intensificó en los últimos años.
Precisamente, un día antes de las declaraciones del Comandante Arriola, se presentó un estudio sobre la migración venezolana en el país, realizado por la Universidad del Pacífico y Ayuda en Acción. La investigación concluyó que el Estado peruano «no pudo acomodarse» a la llegada de 1,6 millones de venezolanos por una «falta de capacidad» institucional y de gestión de datos.
El investigador Matthew Bird, responsable del informe, señaló que el Estado «perdió el rastro» de este movimiento migratorio, lo que genera consecuentes riesgos para la seguridad, el empleo y la integración social.
Bird argumentó que, ante esta realidad, el enfoque debe cambiar: «Hay que hablar de inclusión» para buscar soluciones a la informalidad, al acceso a crédito y mejorar la salud mental de los migrantes. Además, sugirió que las intervenciones del Estado deben beneficiar tanto a peruanos como a migrantes venezolanos, sin distinguir entre la condición migratoria (regular o no regular).
Vía Foco Informativo/Diario República.com



