
La familia Jaramillo sigue sufriendo la muerte de dos de sus hijos, después de que los niños perecieron mientras jugaban con una granada, la cual explotó, en el sector El Maco de La Cruz de Maturín, estado Monagas.
“Mami, cuando sea grande, yo te voy a dar un mejor regalo”, le dijo Deivinson a su madre, Julimar Ramos, tras entregarle un obsequio que hizo en su escuela por el Día de las Madres. La besó, la abrazó y se fue a jugar.
Horas después, Ramos y su esposo, Jesús Jaramillo, escucharon una explosión y los gritos de su vecina. En tal sentido, salieron de su vivienda y encontraron a sus dos hijos llenos de sangre en el patio de una casa cercana.
“Ella reaccionó, quiso salvarlos. Cargó a uno y un vecino, al otro. Se los trajeron al hospital en el camión de ese vecino y aquí (hospital) no pudieron hacer nada, porque ya estaban muertos. Fue algo horrible”, expresó una tía de Ramos.
ESTABAN MUERTOS CUANDO LLEGARON AL HOSPITAL
“Mis hijos no, mis hijos no”, decía Ramos, madre de Deivinson y Ángel Jaramillo, de 7 y 5 años, respectivamente. Sin embargo, nada se pudo hacer, puesto que los niños llegaron muertos al Hospital Central Dr. Manuel Núñez Tovar.
“Quiero que todo sea un sueño y mis hijos me despierten por la mañana diciéndome: mamá, mamá”, repetía la mujer a la prensa a las afueras de la morgue.
Jesús Jaramillo afirmó que intentó salvar a sus hijos, pero las heridas eran demasiado graves. “Yo venía cargado con mi muchacho, pero ya estaba muerto; el mayor le dijo a su mamá cuando lo cargó -ay, mamá, ay, mamá”, recordó.
Las autoridades investigan el caso y esperan determinar la procedencia de la granada. “No entendemos qué pasó, cómo llegó eso allí y por qué lo tenían allí”, recordó Jesús Jaramillo.
Agencia/www.diariorepublica.com