
La vida de Will Smith ha dejado de ser un secreto desde la publicación de sus memorias en su libro. En el, el actor de 53 años desvela los detalles más profundos y escabrosos sobre su pasado, sin importar qué tan vergonzosas o dolorosas son sus revelaciones, Smith aceptó que este libro es una forma de sincerarse con su público y consigo mismo.
Su libro va desde que cuenta como llegó a pensar en matar a su padre cuando maltrataba a su madre, “Cuando tenía nueve años, vi a mi papá darle un puñetazo a mi madre en el costado de la cabeza; tan fuerte que ella colapsó. La vi escupir sangre. Ese momento, en aquel cuarto, probablemente más que cualquier otro momento en mi vida, definió quien soy”, hasta de sincerarse sobre las crisis que ha sufrido su matrimonio con Jada Pinkett-Smith. El jueves, durante una larga entrevista con el también actor Idris Elba en el Savoy Theatre de Londres, reveló que, en su primera época de rapero, evadió los impuestos que le correspondía pagar tras cobrar millonarias sumas de dinero gracias a uno de sus discos. Las consecuencias fueron nefastas: la multa que le cayó lo dejó en bancarrota. Una etapa oscura de su vida por la que, según cuenta, sigue arrepentido.
”No pagué mis impuestos durante dos años y medio. Y habíamos vendido tres millones de discos”, admitió el actor. En la entrevista reconoció que intentar escapar del fisco fue una decisión terrible que tomó con apenas 22 años, pero que la multa que le cobró Hacienda lo puso en su lugar. Grabó un disco para intentar pagarla, pero resultó un rotundo fracaso. “Entonces, tuve que vender todo: mi preciosa casa, mis cuatro coches, y mis dos motos. Y pedí prestados 10.000 dólares (casi 9.000 euros) a un amigo mío que era traficante y proveedor de medicamentos sin receta. Gracias a ello pude mudarme a Los Ángeles y comenzar mi carrera como actor”. Aún en la quiebra más absoluta, pero ya en la meca del cine y la televisión, conoció al productor Bennie Medina, que le ofreció trabajo en El príncipe de Bel Air. La ahora estrella no se tomó la oferta en serio hasta que, según cuenta, fue el propio Quincy Jones quien lo convenció.
Una visita a la mansión del afamado compositor fue lo que acabó por sacarlo del pozo. “Me daba vueltas la cabeza. Yo no tenía nada de dinero, pero allí había como 20 aparcacoches y Steven Spielberg acababa de marcharse. Stevie Wonder también andaba por ahí y yo no tenía ni idea de qué estaba pasando”, confesó ante un divertido Elba. Por supuesto, acabó por aceptar hacer las audiciones para la serie que lo convirtió en estrella frente a un público lleno de nombres conocidos en el sector; innumerables estrellas y figuras importantes de la industria. Y con solo 10 minutos para prepararse. “Todo era borroso, pero me llevé una ovación”, recordó. El resto es historia. El príncipe de Bel Air supuso el impulso de su carrera y “uno de los momentos más espectaculares” de su vida, según sus propias palabras.
Otro de los temas más controversiales que tocó fue el desorden sexual que vivió por un tiempo, pues reveló que el desamor fue clave en el desorden sexual que vivió en una etapa de su vida. Romper con su primera novia, Melanie Parker, dejó en él una herida que intentó sanar por medio del sexo. Las relaciones íntimas se convirtieron en la ‘medicina’ para intentar saciar un sentimiento que iba más allá del cuerpo: su alma. Según reveló Smith, el desamor fue clave en el desorden sexual que vivió en una etapa de su vida. Romper con su primera novia, Melanie Parker, dejó en él una herida que intentó sanar por medio del sexo. Las relaciones íntimas se convirtieron en la ‘medicina’ para intentar saciar un sentimiento que iba más allá del cuerpo: su alma.
Sin embargo, aunque la necesidad que tenía el actor era anímica y sentimental, las consecuencias de sus encuentros sexuales desenfrenados fueron causando problemas médicos en su cuerpo y psiquis, llegando incluso a sentir repudio por él y por el acto en sí mismo.
“Tuve relaciones sexuales con tantas mujeres, y fue tan constitucionalmente desagradable hasta el fondo de mi ser, que desarrollé una reacción psicosomática al tener un orgasmo”, explicó Smith, según reseña el diario británico The Mirror.
De acuerdo con sus memorias, estar con una mujer se había convertido en un aliciente que provocaba placer solo por unos cuantos segundos, para transformarse en una pesadilla llena de ilusiones y heridas que, en el caso de lo primero, no se cumplían, mientras que en lo segundo, nunca lograban sanar.
“Literalmente el sexo me provocaba arcadas y, a veces, incluso llegaba a vomitar. En todos los casos, sin embargo, le pedía a Dios que la bella desconocida fuera la ‘indicada’ que me amaría y haría desaparecer este dolor (…), pero invariablemente, allí estaba yo, con arcadas y miserable. Y la mirada en los ojos de la mujer con que estuviera profundizaba aún más mi agonía”, añadió.
Asimismo, explicó que su pasado fue protagonista en algunas de las discusiones trascendentales que tuvo al inicio de la relación con su esposa Jada Pinkett. De hecho, en el libro menciona que en alguna ocasión llegaron a discutir sobre lo que era para cada uno la pareja ideal, dándose cuenta de que ambos tenían pensamientos diametralmente opuestos sobre este tema.
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Vía Semana.com/ Diario República