Alejandro Arcos Catalán, alcalde de Chilpancingo, Guerrero, México, fue brutalmente asesinado apenas seis días después de asumir su cargo. La tarde del domingo, su cuerpo decapitado fue encontrado en un vehículo, con la cabeza colocada en el techo y el cuerpo en el asiento del copiloto.
Este crimen sacude a la comunidad, agravado por el reciente asesinato de su secretario general, Francisco Tapia, ocurrido tres días antes.
Arcos Catalán, miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), había tomado posesión como alcalde el 30 de septiembre y había prometido trabajar por la paz y seguridad del municipio en colaboración con el Ejército Mexicano.
Sin embargo, la creciente violencia vinculada al crimen organizado en Guerrero, especialmente en la capital, ha afectado la estabilidad de la región.
El líder del PRI, Alejandro Moreno, confirmó la noticia y pidió una investigación exhaustiva por parte de la Fiscalía General de la República (FGR), señalando la grave situación de inseguridad en Guerrero. Las autoridades ministeriales ya han abierto una investigación por homicidio calificado, mientras buscan esclarecer los detalles del crimen.
La violencia en Guerrero, un estado marcado por la presencia de cárteles del narcotráfico y otras organizaciones criminales, ha incrementado, con constantes disputas territoriales relacionadas con actividades ilícitas como el tráfico de drogas y la extorsión.
El asesinato de Arcos Catalán subraya la vulnerabilidad de los funcionarios en esta región, quienes, pese a su compromiso con la comunidad, enfrentan grandes riesgos.
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Via VF/Diario Republica