

Los españoles acudían el domingo a votar, en una repetición sin precedentes de las elecciones que pretende acabar con seis meses de estancamiento político. El país lleva sin un gobierno electo desde los inconcluyentes comicios de diciembre.
Los sondeos de opinión de las últimas semanas han coincidido en señalar que la votación del domingo tampoco ofrecerá escaños suficientes a ningún partido para conseguir el poder en solitario.
Eso implicaría probablemente que España se encamina a otro largo periodo de negociaciones políticas, y quizá otras elecciones si no se alcanza un acuerdo.
Según la Constitución española, un candidato necesita ganar una votación de investidura en el Parlamento con el apoyo de más del 50% de los 350 diputados para formar gobierno. Si no alcanza esa cifra se celebra una segunda votación 48 horas más tarde donde sólo necesita una mayoría simple, un criterio menos exigente que permite a los partidos abstenerse de la votación y permitir que otro candidato forme gobierno a cambio de concesiones.
Las urnas abrieron a las 9 de la mañana (0700 GMT) y tenían previsto cerrar a las 8 de la tarde (1800 GMT), salvo en el archipiélago canario, situado en un huso horario diferente, con una hora de retraso respecto al resto del país. Se esperaba que los primeros sondeos a pie de urna se conocieran unos minutos después del cierre de colegios electorales, y un recuento de la mayoría de los sufragios para las 11 de la noche (2100 GMT). Aproximadamente 36,5 millones de votantes estaban llamados a las urnas.
El descontento público sobre el alto desempleo, los recortes en los apreciados servicios públicos como sanidad educación y los incesantes escándalos de corrupción política han marcado las dos semanas de campaña electoral
Vía UN/www.diariorepublica.com



