El embajador de Estados Unidos en Libia, Christopher Stevens, y otros tres ciudadanos de ese país murieron tras el ataque al consulado estadounidense el martes en la ciudad de Bengasi, confirmó el presidente Barack Obama en un comunicado oficial.
«Condeno energéticamente el ataque contra nuestra sede diplomática en Bengasi», comienza el comunicado.
«En este momento, el pueblo estadounidense tiene la familias de aquéllos a quienes perdimos en nuestro pensamiento y en nuestras oraciones», añade.
Obama dijo haber girado instrucciones para «proveer todos los recursos necesarios para apoyar al personal de seguridad en Libia, y para incrementar la seguridad en todas nuestras sedes diplomáticas en todo el mundo».
«Mientras que Estados Unidos rechaza todos los esfuerzos para denigrar las creencias religiosas de otros, debemos oponernos a este tipo de violencia sin sentido, que cobró las vidas de estos funcionarios públicos», añadió.
La ofensiva contra la representación diplomática se produjo durante una manifestación convocada para protestar contra una filmación subida a YouTube en la que, de acuerdo con algunos musulmanes, se humilla al profeta Mahoma.
El video amateur, realizado por un estadounidense, había originado antes una protesta el martes contra la embajada de Estados Unidos en El Cairo, Egipto.
Los atacantes, que fueron asociados con un grupo radical islámico, utilizaron granadas impulsadas con cohetes para atacar el consulado.
Posteriormente, le prendieron fuego a la infraestructura.Stevens, a quien el presidente Obama rindió tributo, es el primer diplomático estadounidense que fallece mientras estaba en funciones en una representación en el extranjero por más de dos décadas.
El video
Las protestas se originaron luego de que los medios egipcios reportaran sobre un tráiler de un video, llamado «La inocencia de los musulmanes», que fue colocado en internet.
El tráiler, informa el diario estadounidense The New York Times, comienza con escenas de las fuerzas de seguridad egipcias sin reaccionar ante la quema de hogares de cristianos egipcios por parte de musulmanes.
Y luego muestra caricaturas del profeta Mahoma como un niño de padres inciertos, un bufón, un mujeriego, un homosexual, un abusador de menores y un ladrón codicioso y sediento de sangre.
Cualquier representación del profeta en una película o fotografía está prohibida en el Islam.
Bacile le dijo a ese diario que había recolectado US$5 millones de 100 donantes israelíes para realizar la filmación.
«El Islam es un cáncer», le dijo Bacile al The Wall Street Journal.También hay informes de que el video estaba siendo promocionado en Estados Unidos por dos egipcios de origen cristiano.
El video, informa The New York Times, ganó atención internacional cuando un pastor de Florida (EE.UU.), comenzó a promocionarlo junto a su propia proclama del 11-S.
El pastor Terry Jones, de Gainesville, aseguró que la filmación no estaba pensada para atacar a los musulmanes sino para mostrar la «ideología destructiva del islam».
Jones amenazó en 2010 con quemar copias del Corán, lo que generó protestas violentas en Afganistán.El martes, la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, aseguró que su país «deplora cualquier esfuerzo intencional de denigrar las creencias religiosas de otros. Nuestro compromiso con la tolerancia religiosa data de los comienzos de nuestra nación» e hizo hincapié en que «nunca hay justificación alguna para actos de violencia de este tipo».
Antecedentes
No es la primera vez que se generan choques de este tipo.Esta semana, el canal británico Channel 4 canceló, por motivos de seguridad, la proyección en su sede de un documental que cuestiona los orígenes del islam.
En 2005 un diario danés publicó caricaturas, luego reproducidas en otros medios, del profeta lo que despertó la ira en varios países islámicos.
En 2008 una editorial estadounidense canceló la publicación de una novela sobre la niña que fue esposa de Mahoma, por temor a que el libro pudiese incitar actos de violencia.Temían que la reacción fuera similar a la que provocaron los «Versos Satánicos» de Salman Rushdie.
Publicado en 1988, el libro fue rechazado por el mundo islámico y su autor acusado y condenado por blasfemia, por su descripción del profeta Mahoma.
Vía BBC