
El Ejército de Estados Unidos ha mantenido un masivo despliegue militar en el mar Caribe durante las últimas ocho semanas, una movilización descrita por The New York Times como la mayor concentración de fuerzas estadounidenses en la región en décadas. Con más de 10.000 soldados en tierra y mar, el despliegue es oficialmente una misión antidroga y antiterrorista. Sin embargo, funcionarios han indicado en privado que el principal objetivo es presionar al régimen de Nicolás Maduro.
La Casa Blanca ha intensificado la retórica y la acción militar, ejecutando varios ataques letales contra embarcaciones que, según el gobierno, transportaban narcóticos. El presidente Donald Trump ha utilizado las redes sociales para publicar videos de estas acciones.
El despliegue combina capacidades aéreas y marítimas de alta gama:
Fuerza Naval: Aproximadamente la mitad del contingente se encuentra a bordo de ocho buques de guerra de la Armada, incluyendo cerca de 2.200 infantes de marina equipados con aviones de combate.
Base en Puerto Rico: La otra mitad de la fuerza se concentra en Puerto Rico, utilizando antiguas bases aéreas convertidas en centros de operaciones. Aquí se han desplegado cazas F-35 del Cuerpo de Marines y drones MQ-9 Reaper de la Fuerza Aérea.
Amenazas Aéreas: En una «demostración de fuerza», al menos dos bombarderos B-52 volaron la semana pasada frente a la costa de Venezuela, manteniendo un vuelo en el espacio aéreo internacional, pero en una región de control de tráfico aéreo gestionada por Venezuela. Los B-52 pueden transportar bombas de precisión.
Misiones Furtivas: También se ha identificado al buque MV Ocean Trader, utilizado como cuartel general de Operaciones Especiales en misiones furtivas, a unos 137 kilómetros al noreste de Venezuela.
Gran parte de esta concentración militar ha sido documentada a través de imágenes satelitales, fotografías de habitantes locales y sitios web de monitoreo de vuelos de acceso público.
Puerto Rico es el eje principal de estas operaciones. En el aeropuerto Rafael Hernández de Aguadilla, las imágenes satelitales revelan la reciente construcción de un nuevo búnker para almacenar munición para drones, cerca de donde se ha visto un dron MQ-9 Reaper.
Aunque los funcionarios militares insisten en que estas operaciones son, por ahora, misiones de entrenamiento, la magnitud de la presencia militar en la región —que Trump sugirió podría incluir operaciones encubiertas de la CIA— subraya el aumento de la presión sobre el gobierno venezolano y le da a Washington múltiples opciones para determinar su próximo movimiento.
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