
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, se pronunció este viernes sobre la reciente sanción que aplicó el Gobierno de Estados Unidos en su contra y la de su familia, en el marco de las crecientes tensiones con la administración de Donald Trump por las incursiones militares en aguas del Caribe, bajo el pretexto de una lucha contra el narcotráfico.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EE. UU. incluyó al mandatario colombiano en su «lista de nacionales especialmente designados». En la lista también figuran su hijo mayor, Nicolás Fernando Petro Burgos; la primera dama, Verónica Alcocer; y el ministro del Interior, Armando Benedetti.
En un mensaje publicado en la red social X (anteriormente Twitter), Petro confirmó la medida, señalando:
«Efectivamente la amenaza de Bernie Moreno (senador estadounidense) se cumplió, yo y mis hijos y mi esposa entramos a la lista OFAC».
El presidente colombiano calificó la sanción de «paradoja» y reafirmó su postura de firmeza:
«Luchar contra el narcotráfico durante décadas y con eficacia me trae esta medida del gobierno de la sociedad que tanto ayudamos para detener sus consumos de cocaína. Toda una paradoja, pero ni un paso atrás y jamás de rodillas».
Escalamiento de las tensiones
La sanción se produce en medio de una escalada de cruces verbales y desencuentros diplomáticos que iniciaron por los ataques estadounidenses en el Caribe, bajo el pretexto de la lucha contra el narcotráfico.
El pasado 18 de octubre, la crisis se agudizó cuando el Presidente Petro acusó a EE. UU. de «cometer un asesinato» y violentar la soberanía colombiana, al sostener que uno de los bombardeos estadounidenses había ocurrido en aguas territoriales de Colombia.
En respuesta, el presidente Trump acusó a su homólogo –sin presentar pruebas– de ser «un líder del narcotráfico» y anunció el retiro de apoyos económicos a Colombia destinados a la lucha contra el narcotráfico.
Rechazo a la injerencia
A pesar del ‘impasse’ diplomático, Petro buscó suavizar las relaciones al reunirse con el encargado de negocios estadounidense en Bogotá, John McNamara, a quien presentó un documento con tres propuestas para reducir los cultivos de hoja de coca.
Sin embargo, el presidente colombiano rechazó categóricamente los señalamientos de Trump, asegurando que su homólogo estadounidense está siendo «engañado por sus logias y asesores», y afirmó ser él mismo quien más ha combatido a las estructuras criminales del narcotráfico.
Petro concluyó con un mensaje de soberanía: «Trump no es rey en Colombia. Aquí no aceptamos reyes».
Esta postura ha recibido eco internacional, como la del representante permanente de Rusia ante las Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, quien afirmó en el Consejo de Seguridad que las acciones estadounidenses en el Caribe constituyen una «campaña descarada de presión política, militar y psicológica contra el Gobierno de un Estado independiente».
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