El conflicto entre dos voceros del Gobierno por una tarima terminó legando dos frases para escribir historia de la Quinta República.
El canciller Nicolás Maduro llegó la tarde del lunes como una exhalación a las gargantas de Catia. Precedió por apenas minutos la llegada del Presidente.
Miró hacia abajo, entre la gente, y vio una plataforma que apenas se elevaba unos 15 o 20 centímetros desde el suelo. Sorprendido, notó que allí el mandatario daría un discurso ante sus partidarios en pleno bastión del voto revolucionario.
Le pareció impropio de un mitin del comandante. “¿Qué pasó con la tarima?”, interrogó a Andrés Izarra, ministro de Comunicación. Con un diminuto televisor en mano, el encargado de la logística del acto le contestó escueto, sin captar de entrada la crítica: “Aquí está, esta es”.
El titular de la Casa Amarilla, decepcionado, lo lamentó moviendo la cabeza en negación: “Así no era, así no era”. El joven vocero del Gobierno le replicó con semblante parco: “Esto es lo que hay”.
Maduro no solo observó la tarima. También se percató que una cámara de televisión de un canal extranjero filmaba la escena. Comenzó entonces a dibujar una sonrisa forzada, susurrando entre labios cual aprendiz de ventrílocuo. “Los periodistas aquí y el Presidente aquí”, balbuceó con una mueca rígida.
Su colega, adoptando la misma sonrisa cómplice, frunció el ceño e insistió mirando hacia los dos metros de estatura del canciller: “Esto es lo que hay”. El canciller dibujó una risa amplia, pero constreñida. “Y entonces, ¿qué hacemos?”.
Escasos segundos luego, apareció el candidato-presidente. Apenas si elevó su pierna derecha para encaramarse en el estrado de la polémica. Habló, eso sí, muy poco, ajeno a su estilo.
Ya en video había quedado grabada una tertulia que encarna la analogía perfecta de su revolución. ¿Que se desborda la inseguridad tras 14 años de Gobierno? No hay problema… “esto es lo que hay”. ¿La inflación y la escasez se reproducen más que conejos africanos? No nos preocupemos… “esto es lo que hay”. ¿Que explotan refinerías y ollas de corrupción? ¿Que nos faltan miles de viviendas y no hay con qué comer? Calma, calma… “esto es lo que hay”.
Ay Venezuela, razón tenía el espigado canciller: “Así no era… así no era”.
Vía Diario La Verdad/Gustavo Ocando Alex